Este libro cumple la más mágica función de la palabra escrita: contiene la vida. Y no como un frío museo de animales disecados. Cuando deslizas los ojos sobre las letras, emerge de ellas un aliento cálido, un rumor que crece, y se produce el milagro del viaje en el tiempo. Un mundo se reconstruye ante tus ojos, a veces más real que tu realidad misma.
La nostalgia es el ingrediente clave de la pócima milagrosa. No es una historia anotada en el momento, sino una evocación, una memoria recuperada. Eso le da a todas las cosas un valor superior. Son cosas, hasta la más insignificante, que se echan de menos. Además, el tiempo permite colocarlas en su respectivo valor en las estanterías de la memoria. Cada cosa y persona de las que se habla, contienen en sí mismas su principio y su fin.
Esta memoria ajena se ha introducido en tu memoria y has vivido muchos años concentrados en dos semanas de lectura. Y lloras en ese largo final de pérdida, porque sabes el valor de lo que se pierde. Tú, que tantas veces te has sentado en el banco de piedra frente a la rueda de molino que hace de mesa. Desde allí contemplabas las colinas de Ngong, azules y onduladas, siempre con lechosas nubes atrapadas en su espesura. Recuerdas a Kamante de niño y a Farah con sus blancas túnicas. Recuerdas los peces del estanque, supones que los habrá pescado alguien que no sabe quién fue el viejo Knudsen.
Mucho tiempo después y muy lejos de allí, aún medio dormida en una fría mañana del norte, te ha parecido sentir la campanilla de la gacela Lulú, aquella que criaste en casa pero siempre fue libre, que volvía desde la selva a hacerte visitas de cortesía, delicada, elegante, orgullosa, y piensas: ¡Lulú ha vuelto! Pero está muy lejos, África está muy lejos.Puedes llegar a pensar que toda tu vida, que toda África, han existido tan solo para albergar, como un cofre, a la perla Lulú y su corazón libre.
23/3/09
23/3/09
Comentarios
un beso.
Gracias por pasarte por aquí, hasta otra,
h.
una delicia.
Por motivos de mi trabajo me he relacionado con daneses, sobre todo mujeres y realmente el espíritu vikingo lo llevan en la sangre, son muy libres y decididas.
un beso.