Ya que es época de discursos, yo también quiero traer aquí un buen puñado de palabras impactantes. Algunas cosas que he oído últimamente me han hecho recuperar la conferencia de Joan Melé, subdirector general de Triodos Bank que conocí gracias a RAB. No quiero hacer publicidad de él ni de su empresa, pero recomiendo dedicar un tiempo o tomar a pequeñas dosis esta lección sobre economía, ética y valores humanos. Me permito destacar algunas frases; las conclusiones las dejo a cada cual:
No tenemos derecho a exigir a los demás que cambien, uno sólo puede decir: me voy a cambiar a mí mismo. Sólo cuando te has cambiado a ti mismo, empiezas a ver, no qué puedes exigir a los demás, sino que empiezas a influenciar a los demás.
El virus de la “asquerosis múltiple”: nada vale la pena, nada se puede cambiar. Pues no es cierto. Cuando uno cambia y es coherente, descubre que empieza a tener influencia en su entorno.
Y no me sirve la excusa de que: es que, aunque lo haga yo, no servirá de nada… Sí que sirve: de momento, tú ya eres coherente, y cuando uno cambia, cambia su entorno. Uno no puede basar su ética y su responsabilidad en que lo hagan los demás.
Cada uno tiene que pensar que el mundo depende de él.
Hay millones de personas que se preguntan desde hace décadas cuándo saldrán de la crisis; no nos hemos dado cuenta que nosotros somos la crisis de ellos.
Más del 95% del dinero que se mueve cada día en el mundo responde a especulación, detrás no hay economía real. Y después de dos años de crisis se sigue haciendo lo mismo.
Estás en una ONG dedicada a la paz en el mundo, a ayudar a los damnificados de la guerra. Pero el dinero de la ONG está en una entidad especializada en financiar empresas que fabrican armas.
Es España hemos subido al puesto 7 en el ranking de venta de armas en el mundo.
Cuando se está muriendo otro ser humano, todavía no tenemos esa conciencia de que algo nuestro se está muriendo, y no es poesía esto que digo.
No tenemos derecho a exigir a los demás que cambien, uno sólo puede decir: me voy a cambiar a mí mismo. Sólo cuando te has cambiado a ti mismo, empiezas a ver, no qué puedes exigir a los demás, sino que empiezas a influenciar a los demás.
El virus de la “asquerosis múltiple”: nada vale la pena, nada se puede cambiar. Pues no es cierto. Cuando uno cambia y es coherente, descubre que empieza a tener influencia en su entorno.
Y no me sirve la excusa de que: es que, aunque lo haga yo, no servirá de nada… Sí que sirve: de momento, tú ya eres coherente, y cuando uno cambia, cambia su entorno. Uno no puede basar su ética y su responsabilidad en que lo hagan los demás.
Cada uno tiene que pensar que el mundo depende de él.
Hay millones de personas que se preguntan desde hace décadas cuándo saldrán de la crisis; no nos hemos dado cuenta que nosotros somos la crisis de ellos.
Más del 95% del dinero que se mueve cada día en el mundo responde a especulación, detrás no hay economía real. Y después de dos años de crisis se sigue haciendo lo mismo.
Estás en una ONG dedicada a la paz en el mundo, a ayudar a los damnificados de la guerra. Pero el dinero de la ONG está en una entidad especializada en financiar empresas que fabrican armas.
Es España hemos subido al puesto 7 en el ranking de venta de armas en el mundo.
Cuando se está muriendo otro ser humano, todavía no tenemos esa conciencia de que algo nuestro se está muriendo, y no es poesía esto que digo.
Comentarios
un abrazo.
-que la gente pide paz pero luego hace de su vida cotidiana una guerra, exige honradez pero luego pisotea al más débil por cualquier ridícula ventaja.
-que como no podemos acabar con el hambre en el mundo ni la guerra, nos quedamos paralizados, en lugar de mirar para nuestro rincón y hacer lo poquito que sí podemos.
A veces se trata sólo de una actitud, de ser conscientes. No es fácil, como se dice en el vídeo: “La libertad es esto, es coraje, es lucha, es difícil. No somos libres, no porque no podamos serlo, sino porque tenemos miedo a esa libertad, porque exige fortaleza”.
Tantas son las veces que ante escenas de sufrimiento ajeno escucho decir :"Nosotros no podemos hacer nada"..
Siempre se puede hacer algo .Aunque sea mínimo.
"Cuando se está muriendo otro ser humano, todavía no tenemos esa conciencia de que algo nuestro se está muriendo...."
Es como adoptar siempre la postura dl individualismo.
Supongo que ponernos en la piel del otro es algo que hemos "desaprendido".
Intresante artículo para la reflexión .
Abrazos.
Cuando vivíamos en la pobreza, los movimientos sociales buscaban el bienestar material de la gente. Es lógico, que la gente no pase hambre, que tenga casa, trabajo, salud, y entonces serán felices. Pero faltaba algo esencial. La gente ha pasado de ser pobre a ser avariciosa, y ahora eso nos lleva otra vez a la pobreza. ¿Qué podemos hacer? Sabemos lo que no podemos hacer. Yo me sigo acordando de Ghandi, de todo lo que él no hizo: no se rindió, no se vendió, no se movió. Y lo consiguió.