Leo una entrevista a la autora y
estudiosa de las religiones Karen Armstrong (El País, Babelia, 16 de junio de 2015; sí, con mucho retraso, como es habitual en una
persona des-actualizada como yo), y tengo el placer de ver cara a
cara a una señora a la que he leído y quiero seguir leyendo. Me
documenté con su Mahoma, biografía del profeta
para escribir “Algunas lecciones que he aprendido sobre el islam”,
y me pareció una de esas pensadoras de carácter conciliador bien
argumentado. Es época de extremismos y de militancias, y la gente
que utiliza los matices para opinar se arriesga a ser tomada por
tibia o directamente por ilusa.
La
profesora Armstrong vuelve a explicar en esta entrevista conceptos
que deberían estar claros, pero que parece que nunca se repiten lo
suficiente. Todo esto a mí me suena mucho, porque estoy habituada a
predicar en el desierto. Como la infantil idea que tiene de Dios
mucha gente que dice no ser creyente: “En
el mundo moderno, tenemos una idea muy primitiva de Dios: que hay
algo allá arriba que creó el mundo y escribió un libro, que sabe
las cosas y piensa como nosotros... Esa idea de los primeros libros
de la Biblia es un paquete para principiantes, algo con lo que
empezar. Mucha gente en Occidente oye hablar de Dios por primera vez
igual que de Papá Noel.”
Muchos no creyentes rechazan con espíritu democrático a ese Jefe
Supremo
que pretende mandar sobre nosotros y disponer de nuestras vidas.
Otro
de los tópicos al que Karen Armstrong tiene que enfrentarse es el de
“las religiones causan guerras”: “P.
¿El laicismo puede ser intolerante? R.
Sí puede serlo, como la religión, porque somos gente agresiva. Hay
quien dice que la religión está detrás de todas las guerras, pero
aquí en Occidente tuvimos dos guerras mundiales, el Holocausto, el
gulag,
Hiroshima. La Revolución Francesa fue un gran momento en la historia
europea pero causó miles de muertes.”
Igualmente,
Armstrong sugiere que la idea que tenemos de la religión está
basada en los últimos siglos, muy diferente del fenómeno que ha
existido durante milenios: “P.
Señala que el fundamentalismo es un fenómeno muy moderno, una
reacción a la colonización, el laicismo, Darwin o la Ilustración.
¿De verdad nadie interpretaba literalmente los libros sagrados en el
pasado? R.
No.
P.
Y dice que a los autores de la Biblia no les importaban las
incoherencias. ¿De verdad no importan?
R.
No. No podemos pensar que esos libros descendieron del cielo. La
Biblia es una biblioteca elaborada durante siglos. No sabemos cuál
fue el uso original de esos libros. Se convirtieron en algo sagrado
después de la caída del templo de Jerusalén en el siglo VI antes
de Cristo. Los judíos hicieron de la Biblia su templo. Cada vez que
uno se enfrentaba a los textos sagrados tenía que usar su
imaginación para encontrar un sentido diferente para su comunidad.
Los católicos no leen mucho la Biblia. Es una colección de libros
muy difícil. Calvino vio que muchos científicos estaban preocupados
porque los descubrimientos contradecían los textos; y él respondió
que si Júpiter es más grande que la Luna, no había problema porque
la Biblia no está hablando de astronomía. Si quieres saber de
astronomía ve a otro lugar. Mucha de la gente que lee la Biblia
literalmente es calvinista, pero Calvino no lo habría aprobado. La
doctrina de que cada palabra de la Biblia es cierta, como el
controvertido dogma católico de la infalibilidad del Papa, surgió a
finales del XIX. Fue un deseo de encontrar certezas en un mundo
moderno en que todo se cuestionaba, como un niño buscando seguridad.
P.
Pero mucho antes de esos fundamentalismos existió, por ejemplo, la
Inquisición.
R.
Sí, pero eso no iba sobre la Biblia. La Inquisición iba sobre todo
sobre política interna en un tiempo en que España se enfrentaba a
la amenaza del imperio otomano, estaba en la línea del frente, había
caído Granada y el país tenía unas comunidades musulmana y judía.
Se intentó unir al país luchando contra un enemigo común. Lo que
llamamos herejía es casi siempre política.”
Efectivamente, la política causa guerras. Nadie piensa que la
política sea mala y habría que abolirla, sino que se puede hacer
mala
política.
Aplíquese.
En
la entrevista se cita a un pensador ateo militante, biólogo y
darwinista, y me siento sorprendida de que a estas alturas todavía
se opongan Darwin y la religión, me parece un debate anticuado, de
siglos pasados, que sólo sobrevive en rincones retrógrados del
mundo donde aún se busca esa seguridad de lo infalible ante la
amenaza de la modernidad, de que hablaba Armstrong. Hubo un tiempo en
que sólo se podía ser darwinista o clerical, a pesar de esa cita de
Calvino, que parece ser que siglos antes había dicho que la Biblia
no es un libro de ciencias; algunos no se dan cuenta de que ese
tiempo ya ha pasado.
En la página hay un link a una entrevista a
este señor, y después de leerla, me resulta curioso que las
personas liberales sean las más intransigentes. En el primer
párrafo ya aparece un “nada más que”. El argumento “nada más
que” es más destructivo que una bomba atómica, porque nada queda
en pie ante él. ¿La novena sinfonía de Beethoven?: nada más que
un conjunto de sonidos; ¿pasear por el parque con mi perro?: nada
más que una actividad motriz; ¿la emoción que siento ante una
puesta de sol?: nada más que otra tontería de las tuyas y crece de
una vez y déjate de chorradas. Para este señor, la religión no es
más que una fantasía, y la cultura nada más que un
entretenimiento; si seguimos este argumento, también podemos decir
que la ciencia no es nada más que un torpe intento por comprender el
mundo en que vivimos, cuando no somos más que un puñado de células
desesperadas chapoteando en una charca de fluidos.
Como
el biólogo, hay mucha gente que no necesita la religión, que nunca
ha vivido ningún tipo de revelación espiritual ni les interesa.
Tampoco la han vivido muchos que sí dicen ser religiosos, pero que
lo son por inercia o por ideología. En su charla del TED, Karen
Armstrong habla de cómo ha cambiado el concepto de creyente.
Cuando oigo a supuestos representantes de la religión hablar sobre
lo que creen, o a no creyentes hablar sobre lo que no creen, me
pregunto: ¿de qué están hablando? Usan el mismo verbo creer
de creo que tal
equipo juega mejor que tal, o
creo que
llegaremos antes en autobús que en coche.
Pretenden razonar una opinión, cuando ni la opinión ni la razón
tienen nada que ver con esto.
Pensemos lo que pensemos,
todos somos ese niño indefenso arrojado al mundo que debe
enfrentarse a sus deseos y carencias. Todos experimentamos la
necesidad y la pérdida, y tenemos que encontrar nuestro camino,
darle una forma y un sentido a nuestra vida. Para eso, ni las leyes
de la gravedad ni las de la evolución nos sirven de nada. Este
asunto no trata de ciencias. No trata de política.
Ni siquiera, realmente, trata de ética. Nunca la religión puede
reducirse a una moral o una ética, éstas son más bien efectos
secundarios. Las vivencias que agrupamos bajo la etiqueta de religión
siempre han estado ahí desde el principio de la humanidad, y van a
seguir estando, las llamemos como las llamemos. Cuando me refiero a
religión, no pienso en el señor de barba blanca (no Papá Noel, el
otro), ni en el Jefe Supremo, ni en los diez mandamientos, ni en las
escrituras sagradas. Realmente, hay algo más allá de todo eso, que
tiene que ver con lo esencialmente humano, con el hecho de estar vivo
y tener conciencia de ello. Con este combate eterno entre conseguir
una identidad propia y fundirse con el universo. Responder a las
preguntas sobre uno mismo y el mundo. Saber qué hacer con el tiempo
y la vida que hemos recibido.
Por
eso, como ya he escrito en otras ocasiones, y como también remarca
Karen Armstrong, la gente busca toda clase de sustitutos de la
religión, después de que ésta se haya ganado tan mala fama. No
creo que los prejuicios y la ignorancia sobre la religión hagan
ningún bien a la humanidad. Ya es bastante difícil vivir, no es
buena idea desaprovechar la experiencia acumulada por tantos siglos.
Recomiendo empezar a remediarlo leyendo los libros de Karen
Armstrong. Se esté de acuerdo o no con lo que dice, da qué pensar.
Comentarios
https://www.facebook.com/kosmonautadelazulejo
Creo que tú no tienes face, es una lástima, en otro caso sabes cómo encontrarme, no actualizo mucho mi blog y la plataforma FB me resulta más dinámica. Todo lo que tocas en este post lo estoy viviendo en mi propio camino de aprendizaje.
Espero que sigas bien.
Un abrazo
Hace poco he abierto una página de facebook para publicar los contenidos del blog, porque ya sé que ahora es lo que usa la gente. No lo actualizo demasiado, lo mismo que el blog. Te envío una solicitud de amistad como Hini Are.
Gracias por compartirme y por comprenderme,
h.
Yo sí que tengo algo olvidado mi blog de Boehmiano pero estoy en Mias Latina (Ibn Arabi Society, Latina). Te invito a que le eches un ojo.
Hoy te he vuelto a leer a propósito de la lengua ignota de Hildegarda.
Un cordial saludo Hiniare.
Muy contenta de reencontrarte y de que conozcas a esta autora. Precisamente yo ahora estoy leyendo su "Una historia de Dios" y me parece un prodigio de erudición y análisis.
Siento mucho tener abandonado este blog, porque además no consigo acostumbrarme al uso de facebooks, twitters y demás: que los contenidos caduquen en cuestión de horas no me convence. Me falta tiempo para dedicar a investigar algún tema y escribir aquí: al menos en este blog está todo lo que he escrito siempre al alcance de quien le interese.
He echado un vistazo a la página sobre Ibn Arabi y veo que hay muchos contenidos. Este gran personaje es uno de mis pendientes, a ver si le dedico algún tiempo.
¡Nos vemos por aquí cuando quieras! Un saludo,
h.