Nighthawks es su cuadro más famoso, imitado y utilizado incluso… para pósters de películas. Es un buen ejemplo de la luz de Hopper: se derrama desde esa inmensa cristalera por una calle vacía y envuelve a los personajes en una cegadora soledad.
En Summer Evening es un porche iluminado, sólo unos tonos azules y unas líneas horizontales de sombra, pero se puede sentir la brisa de la noche, el canto de los grillos y el olor del verano. Uno de mis favoritos, Hotel Room, el típico cuadro-historia de Hopper. Esta mujer ha llegado a la habitación de hotel, se ha quitado la ropa y está leyendo una carta. Es un cuadro lleno de preguntas: quién es, a dónde va o de dónde viene, espera a alguien, huye de alguien, está sola… En cualquier momento esperas que la película continúe, pero ahí se ha quedado, para siempre recibiendo tus preguntas y tu inquietud.
No puedo hablar de todos los valores pictóricos de Hopper, y es difícil que cualquier otro pintor realista me interese tanto, pero creo que él fue una extraña conjunción de una época y un lugar en que pintar así tenía una fuerza especial. Siempre me ha impresionado y por eso he querido hacerlo asomarse por aquí.
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