Teresa Forcades va camino de convertirse en “la monja de la tele”, lo cual sería una lástima porque si por algo es mediática no es por populista o banal, sino todo lo contrario: porque sorprende que alguien que forma parte de la Iglesia hable con tanto sentido común, con tanta libertad y diga cosas tan arriesgadas.
Yo también la conocí hace años gracias a la tele, pero no quiero hablar aquí del candente tema de la gripe, sino de las muchas cosas que he leído y conocido gracias a ella, sobre todo de su brevísimo libro “La teologia feminista en la història”, editado en catalán por Fragmenta, y del que no tengo noticia de que se haya traducido al castellano hasta ahora.(ACTUALIZACIÓN mayo/11: nueva edición en castellano: La teología feminista en la historia)
Ni siquiera sabía que existiera algo llamado “teología feminista”, y las verdades concentradas en este estudio me impactaron. Por supuesto que hay un tema pendiente, pero parecía que era algo poco importante de lo que no tocaba hablar: la versión patriarcal de la Biblia y de toda la tradición religiosa, que es algo que viene dado por la cultura y por la historia, no por el mensaje en sí. No es un asunto menor, si ha afectado a la vida de las mujeres hasta ahora y lo continuará haciendo mientras no se revise seriamente. Esto es lo que las teólogas feministas hacen, y no veo que estén echando abajo las instituciones, simplemente se interrogan, discuten, investigan, y exponen sus conclusiones.
Un pasaje bíblico que ha hecho sufrir a las mujeres durante siglos es el famoso de San Pablo en la carta a los Efesios (5, 22-24): “Las casadas estén sujetas a sus maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, del cual él mismo es salvador. De donde, así como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres lo han de estar a sus maridos en todo”.
Siglos y siglos de opresión lo usaron como excusa, cuando el mismo San Pablo había dicho en la carta a los Gálatas (3, 28) algo totalmente opuesto: “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
La Biblia es contradictoria, escrita por muchas manos en muchas épocas, y nadie hoy en día puede pretender tomársela al pie de la letra (¿de qué letra? ¿De la hebrea, de la aramea, de la griega, de la latina, de la castellana…?). “El texto bíblico se ha redactado bajo la inspiración de Dios –Bondad y Verdad absolutas- pero pasando por mentes y corazones humanos –limitados en bondad y comprensión”. Así que no tenemos un manual de instrucciones, sino que hay que hacer el esfuerzo de encontrar esa Verdad en medio del marasmo de las debilidades humanas. El primer párrafo está claramente influido por la sociedad de su tiempo. El segundo es revolucionario y arriesgado, ¿cuál tiene más credibilidad?
Dice Teresa Forcades que la teología feminista ha existido siempre, aunque no se la llamara así, porque siempre hubo mujeres con unas inquietudes que no les permitían someterse a lo que se esperaba de ellas, y de algunas, aunque parezca increíble, nos ha quedado testimonio. Por el libro pasan Christine de Pizan, Isabel de Villena, Santa Teresa de Jesús, la sangrante historia de sor Juana Inés de la Cruz, Marie de Gournay, Margaret Fell… y una larga lista de desconocidas. La autora resume así la evolución de este pensamiento:
1) En las sociedades y culturas premodernas y patriarcales, la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de dignidad: no es Dios quien considera que la mujer es menos espiritual que el varón.
2) En la Modernidad temprana (desde la invención de la imprenta hasta la Revolución Francesa), la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de inteligencia y que es voluntad de Dios que ambos desarrollen al máximo los talentos que les han sido dados: no es Dios quien prohíbe a las mujeres el acceso a la educación superior.
3) Durante la consolidación de la Modernidad (desde la Revolución Francesa hasta el simbólico año de 1968), la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de libertad y de capacidad para asumir responsabilidades en el ámbito público: no es Dios quien prohíbe el acceso de las mujeres a la política, al ejército, a las profesiones remuneradas o al sacerdocio.
4) En nuestros tiempos posmodernos (desde 1968 hasta el presente), la teología feminista sostiene que Dios ha creado a la mujer y al varón con igual capacidad de amar y para asumir responsabilidades en el ámbito doméstico: no es Dios quien prohíbe a los varones que asuman el cuidado de niños, del hogar, de los enfermos, de los ancianos o de los desvalidos.
Recomiendo dos artículos de prensa que aparecieron a raíz de este libro, donde Teresa Forcades resume y expone estos pensamientos mucho mejor de lo que podría hacerlo yo:
La Vanguardia: feminismo es liberación. 16/12/07
El Periódico:la entrevista con Teresa Forcades, monja, médica y teóloga feminista. 7/8/2007
Así como una interesante Entrevista en La Contra La Vanguardia 17/10/07
Hubo en el 2009 otra polémica sobre ella a raíz de una extensa entrevista que se le hizo en el programa de TV3 SINGULARS, en el que se atrevió a exponer sus dudas (ni siquiera sus opiniones, sólo sus dudas) sobre el tema del aborto, como también hizo en un artículo de la revista FOC NOU. Como siempre que se habla del aborto, en realidad estaba hablando de otra cosa: de la libertad de conciencia: “El respeto a la conciencia ha sido una adquisición lenta en la historia de la humanidad. Durante muchos siglos las conversiones religiosas forzadas bajo amenaza de tortura o pena de muerte han estado al orden del día. Aún hay personas hoy que encuentran incoherente, por ejemplo, que la Iglesia católica celebre el derecho a la libertad religiosa que permite que miles de niños y niñas sean educados en cosmovisiones abiertamente contrarias a la fe cristiana […]. En la Iglesia nos ha costado mucho aceptar que nuestra misión evangelizadora no se puede llevar a cabo sin el respeto a la libertad de conciencia”. Y el problema que ella plantea es la contradicción entre la libertad personal de la madre y la vida de su hijo. ¿Se puede optar por uno, atacando al otro? Lo que veo es que Teresa introduce nuevos puntos de vista, propone nuevos interrogantes y pide un debate sereno y responsable.
Esta opinión expuesta por ella, siempre tan y tan matizada en su forma de hablar, fue contestada por grupos integristas y llegó hasta el Vaticano, en un culebrón que no sé si ha acabado pero que explica mucho mejor este artículo en La Vanguardia: Una oveja entre lobos 18/10/09.
La teología feminista es una teología de la liberación. Teresa Forcades nunca deja de hablar de libertad, como en este bello párrafo con el que concluye su libro: “Tal y como expresa sucintamente la famosa sentencia de San Agustín “ama y haz lo que quieras”, el amor y la libertad, cuando son verdaderos, son indisociables y se identifican el uno con el otro. Esta sentencia de San Agustín es la más precisa expresión de la verdad de nuestro ser personal: sólo en libertad es posible amar; sólo en el amor es posible ser libres. La libertad no precede al amor, pero tampoco el amor precede a la libertad. Sea yo mujer o varón, el grado en que puedo amar es igual al grado en que puedo ser libre”.
Después de haber leído todo lo que he encontrado sobre ella, y a ella misma, aún recomiendo en esta entrada trufada de links otros dos más:
-El de su blog personal (en català)
-Y el de la página que le dedica la web de su monasterio de Sant Benet de Montserrat, llena de escritos interesantísimos.
He tenido que resumir todo lo que Teresa Forcades me ha inspirado y me ha hecho pensar, pero tengo anotadas muchas sugerencias que seguramente acabarán apareciendo por este blog tarde o temprano. Esté de acuerdo con ella o no, me encanta que haya alguien que me remueva las ideas y me haga reaccionar. Fue Chesterton quien dijo: “para entrar en la Iglesia, se nos pide que nos quitemos el sombrero, ¡no la cabeza!”.
Yo también la conocí hace años gracias a la tele, pero no quiero hablar aquí del candente tema de la gripe, sino de las muchas cosas que he leído y conocido gracias a ella, sobre todo de su brevísimo libro “La teologia feminista en la història”, editado en catalán por Fragmenta, y del que no tengo noticia de que se haya traducido al castellano hasta ahora.(ACTUALIZACIÓN mayo/11: nueva edición en castellano: La teología feminista en la historia)
Ni siquiera sabía que existiera algo llamado “teología feminista”, y las verdades concentradas en este estudio me impactaron. Por supuesto que hay un tema pendiente, pero parecía que era algo poco importante de lo que no tocaba hablar: la versión patriarcal de la Biblia y de toda la tradición religiosa, que es algo que viene dado por la cultura y por la historia, no por el mensaje en sí. No es un asunto menor, si ha afectado a la vida de las mujeres hasta ahora y lo continuará haciendo mientras no se revise seriamente. Esto es lo que las teólogas feministas hacen, y no veo que estén echando abajo las instituciones, simplemente se interrogan, discuten, investigan, y exponen sus conclusiones.
Un pasaje bíblico que ha hecho sufrir a las mujeres durante siglos es el famoso de San Pablo en la carta a los Efesios (5, 22-24): “Las casadas estén sujetas a sus maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, del cual él mismo es salvador. De donde, así como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres lo han de estar a sus maridos en todo”.
Siglos y siglos de opresión lo usaron como excusa, cuando el mismo San Pablo había dicho en la carta a los Gálatas (3, 28) algo totalmente opuesto: “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
La Biblia es contradictoria, escrita por muchas manos en muchas épocas, y nadie hoy en día puede pretender tomársela al pie de la letra (¿de qué letra? ¿De la hebrea, de la aramea, de la griega, de la latina, de la castellana…?). “El texto bíblico se ha redactado bajo la inspiración de Dios –Bondad y Verdad absolutas- pero pasando por mentes y corazones humanos –limitados en bondad y comprensión”. Así que no tenemos un manual de instrucciones, sino que hay que hacer el esfuerzo de encontrar esa Verdad en medio del marasmo de las debilidades humanas. El primer párrafo está claramente influido por la sociedad de su tiempo. El segundo es revolucionario y arriesgado, ¿cuál tiene más credibilidad?
Dice Teresa Forcades que la teología feminista ha existido siempre, aunque no se la llamara así, porque siempre hubo mujeres con unas inquietudes que no les permitían someterse a lo que se esperaba de ellas, y de algunas, aunque parezca increíble, nos ha quedado testimonio. Por el libro pasan Christine de Pizan, Isabel de Villena, Santa Teresa de Jesús, la sangrante historia de sor Juana Inés de la Cruz, Marie de Gournay, Margaret Fell… y una larga lista de desconocidas. La autora resume así la evolución de este pensamiento:
1) En las sociedades y culturas premodernas y patriarcales, la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de dignidad: no es Dios quien considera que la mujer es menos espiritual que el varón.
2) En la Modernidad temprana (desde la invención de la imprenta hasta la Revolución Francesa), la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de inteligencia y que es voluntad de Dios que ambos desarrollen al máximo los talentos que les han sido dados: no es Dios quien prohíbe a las mujeres el acceso a la educación superior.
3) Durante la consolidación de la Modernidad (desde la Revolución Francesa hasta el simbólico año de 1968), la teología feminista sostuvo que Dios ha creado a la mujer y al varón con igualdad de libertad y de capacidad para asumir responsabilidades en el ámbito público: no es Dios quien prohíbe el acceso de las mujeres a la política, al ejército, a las profesiones remuneradas o al sacerdocio.
4) En nuestros tiempos posmodernos (desde 1968 hasta el presente), la teología feminista sostiene que Dios ha creado a la mujer y al varón con igual capacidad de amar y para asumir responsabilidades en el ámbito doméstico: no es Dios quien prohíbe a los varones que asuman el cuidado de niños, del hogar, de los enfermos, de los ancianos o de los desvalidos.
Recomiendo dos artículos de prensa que aparecieron a raíz de este libro, donde Teresa Forcades resume y expone estos pensamientos mucho mejor de lo que podría hacerlo yo:
La Vanguardia: feminismo es liberación. 16/12/07
El Periódico:la entrevista con Teresa Forcades, monja, médica y teóloga feminista. 7/8/2007
Así como una interesante Entrevista en La Contra La Vanguardia 17/10/07
Hubo en el 2009 otra polémica sobre ella a raíz de una extensa entrevista que se le hizo en el programa de TV3 SINGULARS, en el que se atrevió a exponer sus dudas (ni siquiera sus opiniones, sólo sus dudas) sobre el tema del aborto, como también hizo en un artículo de la revista FOC NOU. Como siempre que se habla del aborto, en realidad estaba hablando de otra cosa: de la libertad de conciencia: “El respeto a la conciencia ha sido una adquisición lenta en la historia de la humanidad. Durante muchos siglos las conversiones religiosas forzadas bajo amenaza de tortura o pena de muerte han estado al orden del día. Aún hay personas hoy que encuentran incoherente, por ejemplo, que la Iglesia católica celebre el derecho a la libertad religiosa que permite que miles de niños y niñas sean educados en cosmovisiones abiertamente contrarias a la fe cristiana […]. En la Iglesia nos ha costado mucho aceptar que nuestra misión evangelizadora no se puede llevar a cabo sin el respeto a la libertad de conciencia”. Y el problema que ella plantea es la contradicción entre la libertad personal de la madre y la vida de su hijo. ¿Se puede optar por uno, atacando al otro? Lo que veo es que Teresa introduce nuevos puntos de vista, propone nuevos interrogantes y pide un debate sereno y responsable.
Esta opinión expuesta por ella, siempre tan y tan matizada en su forma de hablar, fue contestada por grupos integristas y llegó hasta el Vaticano, en un culebrón que no sé si ha acabado pero que explica mucho mejor este artículo en La Vanguardia: Una oveja entre lobos 18/10/09.
La teología feminista es una teología de la liberación. Teresa Forcades nunca deja de hablar de libertad, como en este bello párrafo con el que concluye su libro: “Tal y como expresa sucintamente la famosa sentencia de San Agustín “ama y haz lo que quieras”, el amor y la libertad, cuando son verdaderos, son indisociables y se identifican el uno con el otro. Esta sentencia de San Agustín es la más precisa expresión de la verdad de nuestro ser personal: sólo en libertad es posible amar; sólo en el amor es posible ser libres. La libertad no precede al amor, pero tampoco el amor precede a la libertad. Sea yo mujer o varón, el grado en que puedo amar es igual al grado en que puedo ser libre”.
Después de haber leído todo lo que he encontrado sobre ella, y a ella misma, aún recomiendo en esta entrada trufada de links otros dos más:
-El de su blog personal (en català)
-Y el de la página que le dedica la web de su monasterio de Sant Benet de Montserrat, llena de escritos interesantísimos.
He tenido que resumir todo lo que Teresa Forcades me ha inspirado y me ha hecho pensar, pero tengo anotadas muchas sugerencias que seguramente acabarán apareciendo por este blog tarde o temprano. Esté de acuerdo con ella o no, me encanta que haya alguien que me remueva las ideas y me haga reaccionar. Fue Chesterton quien dijo: “para entrar en la Iglesia, se nos pide que nos quitemos el sombrero, ¡no la cabeza!”.
Comentarios
Ayer, justamente, me dio por enlazar a mi blog la web de TF. ¿Estamos ante el surgimiento de una Teresa de Jesús posmoderna? :D Sea como sea, la teología feminista de Forcades nos anima a revisar el concepto de sacerdotisa. Al menos a mí, me lleva a los cultos a la diosa (tan despreciado inclusive por algún "progre" masculino) y su evolución, pasando por María en su versión patriarcal -siempre a la sombra de su Hijo- desembocando en un concepto recontextualizado de la misma, en amor y sobre todo EN LIBERTAD (divina palabra ¿qué entendemos por eso?)... gracias a Teresa, por cierto, y a tantas sacerdotisas con y sin hábito.
Yo también quisiera leer su libro, esperemos que salga en castellano.
:+
Estoy segura de que hay más libros de Teología feminista, este movimiento está más extendido en Centro Europa y en Norte América (como siempre), pero debe haber más libros traducidos, aunque no sé si serán tan claros y comprensibles como este de Forcades.
Tus palabras me han hecho pensar en toda una visión femenina de la religión que siempre ha existido pero que se conoce muy poco. En el siglo XIV Juliana de Norwich ya decía algo tan bello como "nuestra dulce, buena y siempre amorosa Madre, Jesús".
Encantada de compartir opiniones contigo, nos leemos,
h.
Besitos.
Saludos.